Situacion general en el país
Después de seis semanas de cuarentena, Honduras reportó que 804 personas habían resultado infectadas de COVID-19 para finales de abril. La mayoría de ellas (un 75%) residentes en Cortés, el departamento en cual está San Pedro Sula, la ciudad donde se encuentra nuestro hogar de niños.
El 30 de abril, la región centroamericana registró un total de 9,002 casos confirmados a través de pruebas de laboratorio. De esta cantidad de casos, Panamá reportó 6,532 (73%), Honduras 804 (9%), Costa Rica 719 (8%), Guatemala 557 (6%), El Salvador 377 (4%) y Nicaragua 13 (menos del 1%).
El Gobierno, a través del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER), informó en cadena de radio y televisión un constante aumento de casos confirmados y también del número de muertes, el cual aumentó a 75 para finales del mes.
A mediados de marzo, después de enterarse de los primeros casos en el exterior, el Gobierno ordenó un toque de queda para frenar la circulación de personas en todo el país y evitar la propagación de la enfermedad, puesto que Honduras posee uno de los sistemas de salud más débiles del continente americano. Durante los primeros días, todos cumplieron estrictamente el toque de queda total y la ciudad de San Pedro Sula estuvo casi totalmente parada.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha advertido que la crisis económica que está siendo causada por el nuevo coronavirus podría provocar una gran hambruna y podría con llevar a un desastre humanitario a toda Latinoamérica.
El coronavirus llegó a la región cuando en el llamado Corredor Seco de Centroamérica (entre Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua), unos 3.2 millones de personas han sufrido hambre por la escasez de alimentos derivada de las malas cosechas por la falta de lluvias.
Esta realidad se ha hecho sentir en Honduras donde un sinnúmero de empleos se ha perdido. Estos incluyen mano de obra contratada por día. Las familias pobres repentinamente se vieron sin ingresos económicos y, en consecuencia, no pudieron obtener comida. Las limitadas reservas económicas de las familias pobres fueron extinguidas al muy poco tiempo.
Las personas que viven en las calles y que subsisten a diario con los ingresos obtenidos en el comercio informal padecen hambre debido a la parálisis económica ocasionada por el toque de queda.
Las personas tienen que valerse de sus propios recursos, mientras los precios de la comida han incrementado. Esto ha provocado un aumento inmediatamente de la pobreza; todos los días hay más personas mendigando en las calles. Familias enteras esperan en los semáforos. Los niños intentan tocar las ventanas de los carros con sus caritas tristes y desalentadas para obtener de esta forma aunque sean algunos lempiras. Todos los que transitan en carros a través de las calles de San Pedro Sula pueden ver en todas las personas la esperanza de conseguir algo que comer ese día.
Situación general en el hogar de niños
Mientras la pandemia gana fuerza en el país, nosotros nos “resguardamos” en el hogar de niños “Yo Quiero Ser…,” en acatamiento de todas las medidas de seguridad para prevenir contagios de COVID-19 en los niños y empleados.
Desde que el Gobierno emitió la advertencia a nivel nacional, no hemos recibido visitantes; hemos comprado la suficiente comida, agua y medicamento y hemos evitado todas las actividades de esparcimiento fuera del hogar.
Hemos tenido que replantear nuestra vida diaria para poder encontrar un ritmo adecuado. Después de la comida de la mañana, siempre llevamos a cabo una meditación para comenzar el día con energías positivas que les permita a los niños tomar un descanso y con el propósito de que el “encierro constante” no cause presión sobre la mente. Algunas veces nos subimos al techo del edificio principal para respirar aire fresco y disfrutar de una sensación de libertad infinita.
Nuestros estudiantes de la escuela primaria reciben su horario de trabajo cada lunes y nuestros estudiantes de secundaria siguen las lecciones virtuales cada mañana a través de la plataforma de videoconferencias de Zoom. Al principio todos nos sentíamos un poco abrumados porque tenemos niños en cada grado escolar. Tampoco es fácil poder ayudarles a todos los niños con sus tareas, porque son muchos. Gracias a nuestra buena organización y clara estructura, lo hemos podido lograr y los niños por ahora han estado obteniendo buenas calificaciones.
Debido a que durante la famosa e importante Semana Santa, estuvimos bajo un toque de queda absoluto, armamos piscinas y las colocamos en nuestra cancha de fútbol para que los niños pudieran disfrutar y divertirse bañándose para mitigar los efectos de las altas temperaturas. Todos estaban contentos de poder refrescarse en el agua.
El Viernes Santo realizamos las Estaciones de la Cruz en nuestro hogar únicamente para nosotros y vimos la película “La Pasión de Cristo” por la noche.
Tenemos la costumbre de incluir tardes de diversión y juegos en nuestro programa. De esta forma los niños pueden liberar energía. Ya que ahora teníamos más tiempo y que todos podían ayudar, a menudo cocinamos menús especiales para el almuerzo y horneamos meriendas especiales.
Durante estas semanas hemos también realizado varios trabajitos que llevaban tiempo en nuestra lista de “cosas por hacer.” Por ejemplo: colocamos marcas de seguridad, organizamos nuestra tienda de ropa, pintamos paredes, etc.
El dicho de Pearl S. Buck’s que dice “el arte real de vivir consiste en poder apreciar lo maravilloso de la vida cotidiana” nos ha acompañado una y otra vez durante este tiempo especial.
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